Una interrupción en el suministro de oxígeno, aire medicinal o vacío puede comprometer tratamientos, afectar a equipos médicos o incluso poner en riesgo vidas. A pesar de ello, el mantenimiento preventivo sigue siendo una tarea infravalorada en muchos hospitales.
En este artículo te explicamos en qué consiste el mantenimiento preventivo, por qué es esencial para la seguridad hospitalaria y cómo aplicarlo de forma correcta. Además, te mostramos cómo lo gestionamos en Meri Medical con planes adaptados y soporte profesional.
¿Qué es el mantenimiento preventivo en redes de gases medicinales?

Definición y objetivos principales
El mantenimiento preventivo es el conjunto de tareas programadas que se realizan para mantener operativas y seguras las instalaciones de gases medicinales. Su objetivo no es reparar, sino prevenir, es decir, detectar desgastes, anomalías o desviaciones antes de que generen un fallo.
En una red hospitalaria, este tipo de mantenimiento permite garantizar el correcto funcionamiento de todos los componentes, desde las centrales de gases hasta las tomas de pared, reguladores o válvulas.
Diferencias con el mantenimiento correctivo
A diferencia del mantenimiento correctivo, que solo se activa cuando hay una avería, el mantenimiento preventivo es una actuación planificada y sistemática. Esto permite actuar con tiempo, evitando interrupciones de servicio, reparaciones urgentes o costes elevados por fallos críticos.
En entornos hospitalarios, donde la continuidad clínica es prioritaria, esperar a que algo falle no es una opción. Por eso, el enfoque preventivo debe estar integrado en cualquier estrategia de gestión técnica hospitalaria.
¿Qué incluye un plan de mantenimiento preventivo hospitalario?
1. Revisión técnica y control de presión
El primer paso en cualquier revisión es comprobar el estado de las redes de distribución. Esto incluye la verificación de presiones, el funcionamiento correcto de válvulas de seccionamiento, reductores, reguladores de caudal y tomas de gases en quirófanos, UCIs o áreas críticas.
Se identifican fugas, obstrucciones o problemas de calibración que puedan afectar la eficiencia del sistema o la seguridad de los pacientes.
2. Limpieza, calibración y verificación de alarmas
Una red hospitalaria incorpora alarmas técnicas que detectan caídas de presión o fallos en el suministro. Durante el mantenimiento, se revisa su funcionamiento, se recalibran sensores y se aseguran los niveles de respuesta ante cualquier incidencia.
Además, se limpian filtros, se revisan puntos de acumulación de humedad o residuos, y se ajustan conexiones que puedan haberse desplazado con el uso.
3. Ensayos funcionales y documentación técnica
El mantenimiento preventivo no se limita a tareas mecánicas. Incluye también pruebas de funcionamiento completas del sistema, simulación de fallos, verificación de respuesta de alarmas y registro técnico de cada intervención.
Este historial documentado es fundamental tanto para la trazabilidad interna como para cumplir con auditorías y requisitos normativos.
Consecuencias de no realizar un mantenimiento preventivo adecuado

Riesgos técnicos y clínicos
Una red sin mantenimiento periódico puede presentar problemas silenciosos que no se detectan hasta que provocan una situación crítica: caídas de presión, contaminación cruzada, fallo en válvulas, alarmas desactivadas o incluso errores de suministro entre gases diferentes.
Estas situaciones pueden afectar el funcionamiento de respiradores, quirófanos, ventilación asistida o anestesia. En casos graves, una incidencia no detectada puede derivar en una parada completa del sistema o comprometer directamente la vida del paciente.
Costes económicos a medio y largo plazo
Además del riesgo clínico, los costes por falta de mantenimiento son siempre más altos. Reparaciones urgentes, sustitución de equipos, paralización de servicios, pérdidas por inactividad o sanciones por incumplimiento normativo son consecuencias habituales.
Por eso, el mantenimiento preventivo no es un gasto, sino una inversión en seguridad, continuidad y ahorro operativo.
Normativa y obligaciones legales relacionadas con el mantenimiento
Requisitos técnicos y periodicidad según la normativa vigente
Normativas como la ISO 7396-1, la UNE 100713 o los requisitos de la Farmacopea Europea establecen directrices claras sobre el mantenimiento de redes de gases medicinales. Estas regulaciones no solo recomiendan el mantenimiento periódico, sino que en muchos casos lo exigen de forma obligatoria.
La periodicidad dependerá del tipo de instalación, los gases suministrados y el nivel de criticidad de cada área del hospital.
¿Quién debe realizar el mantenimiento?
El mantenimiento debe estar a cargo de empresas certificadas y profesionales especializados en instalaciones sanitarias. No basta con tener conocimientos generales en instalaciones, se requiere formación específica en normativas sanitarias, gases medicinales y seguridad hospitalaria.
La experiencia en entorno clínico y el conocimiento profundo de los riesgos asociados son claves para ejecutar un mantenimiento eficaz y conforme a los requisitos legales.
Preguntas frecuentes sobre el mantenimiento de redes de gases medicinales

¿Cada cuánto tiempo se debe realizar el mantenimiento preventivo de una red de gases medicinales?
La periodicidad puede variar según el tipo de instalación, la normativa aplicable y el nivel de criticidad del sistema. Como referencia general, se recomienda realizar revisiones cada 6 o 12 meses, aunque algunos componentes requieren controles más frecuentes. En entornos hospitalarios, es esencial seguir un plan técnico calendarizado y ajustado a cada zona del centro.
¿Es obligatorio tener un plan de mantenimiento preventivo en un hospital?
Sí. Normativas como la ISO 7396-1, la UNE 100713 y la Farmacopea Europea establecen la necesidad de mantener las instalaciones en condiciones óptimas mediante revisiones periódicas documentadas. Además, la legislación nacional exige que las instalaciones se mantengan conforme a su diseño original y en condiciones de seguridad permanente.
¿Qué riesgos tiene una instalación sin mantenimiento?
Los riesgos incluyen caídas de presión, fugas de gas, contaminación de líneas, fallo en alarmas, interrupciones del suministro y errores clínicos. Todo ello puede afectar directamente al paciente y a la operatividad del centro, con consecuencias tanto sanitarias como legales.
¿Puede hacer el mantenimiento cualquier técnico?
No, el mantenimiento debe realizarse por personal cualificado y con experiencia específica en redes de gases medicinales. Es fundamental que el proveedor esté autorizado, trabaje conforme a normativa sanitaria y entienda las particularidades del entorno hospitalario.
Servicios técnicos adaptados al entorno hospitalario

En Meri Medical ofrecemos planes de mantenimiento preventivo personalizados, diseñados específicamente para entornos hospitalarios. Analizamos la red, planificamos revisiones periódicas y documentamos cada intervención para garantizar trazabilidad y cumplimiento normativo.
Además de gases medicinales, revisamos centrales de vacío, compresores, generadores de oxígeno y nitrógeno, y todos los componentes clave para el funcionamiento continuo del sistema.
Intervenciones programadas y soporte 24/7
Nuestros contratos incluyen revisiones planificadas y disponibilidad permanente para intervenciones urgentes. Sabemos que un fallo en una red hospitalaria no puede esperar, por eso, nuestros técnicos están preparados para intervenir con rapidez y minimizar cualquier impacto en la actividad clínica.
Además, te acompañamos desde la instalación hasta el soporte continuo, como ya explicamos en este artículo sobre instalación de gases medicinales en hospitales.
En Meri Medical ponemos a tu disposición un equipo experto en redes de gases medicinales, planificación técnica y normativas sanitarias. Diseñamos y ejecutamos planes de mantenimiento preventivo a medida para hospitales, clínicas y centros de salud.
¿Tienes dudas o necesitas más información? Contacta con nosotros y encuentra la solución que mejor se adapta a tus necesidades.